El pasado Octubre 2018 un grupo de profesionales participamos en un magnífico viaje organizado por AEPT Asociación Española de Profesionales del Turismo.
Globos aerostáticos sobre Capadocia. Foto Wikimedia Commons |
Este país
a caballo entre dos continentes, donde lo antiguo y lo moderno conviven, posee
unos paisajes repletos de fantasía y dramatismo, al tiempo que alberga la
ciudad más poblada de Europa y una de las más antiguas, Estambul. Sus grandes
playas se asoman al Mediterráneo, mezcladas con impresionantes ruinas de
civilizaciones clásicas. Y por añadidura con una excelente gastronomía y un pueblo amistoso y amable … Nos estamos
refiriendo naturalmente a Turquía.
Del 17 al 24 de Octubre de 2018, un grupo de 24 profesionales miembros de las Asociaciones AEPT, AEDH y LIGA NAVAL, hemos realizado un interesante recorrido por tierras turcas, tan agradable como un plácido paseo. Un viaje que ha tenido tres partes diferenciadas: Estambul, la gran capital histórica, Capadocia con sus mágicos y caprichosos paisajes, y la vertiente turca mediterránea, que mezcla costa y playas con sorprendentes ruinas clásicas.
ESTAMBUL
Dos días
en Estambul dieron para mucho. Esta ciudad
que no es la capital del país - pues lo es Ankara desde 1923 - es una preciosa urbe, asentada entre dos continentes, que aún conserva
joyas de su espléndido pasado. De Constantinopla o la nueva Roma del emperador Constantino el Grande, y de Bizancio, capital del
Imperio Romano de Oriente hasta el año 1453. Y luego, hasta 1918, de los siglos como capital
del Imperio Otomano.
Cierto que con Suleimán el Magnifico, a Bizancio le llego el máximo
esplendor del Imperio, para comenzar un declive en los siglos siguientes hasta la quiebra final de 1918, en que desapareció el Imperio
Otomano y Turquía se replegó al espacio euro asiático que hoy ocupa. Fue
Mustafá Kemal Atatürk, padre y fundador de la moderna Turquía, quien suprimió el Sultanato y proclamó la Republica
Turca, con una base laica, una modernización acelerada y más derechos para la mujer.
Aunque con
el actual presidente Recep Tayyip Erdogan,
que gobierna con mano de hierro desde 2003, la cuestión religiosa ha
vuelto a primer plano y muchas mujeres han tornado a cubrirse. Y sin embargo,
curiosamente, hoy es un país con una gran diversidad religiosa, que, más allá del Islam mayoritario, se plasma ten Estambul en la sede del
Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Turca, del Arzobispado Católico y 16
Sinagogas, además, claro, de las numerosas Mezquitas.
El llamado milagro económico reciente ha devuelto a Estambul el
esplendor del pasado y las nuevas infraestructuras modernas, siendo hoy una
ciudad de trafico inmenso, tanto de coches como de barcos, y Patrimonio de la
Humanidad desde 1985.
Santa Sofía, la Mezquita Azul y el Palacio Topkapi
L
La Mezquita Azul y Santa Sofía . Foto Wikimedia Commons
De su época de esplendor bizantino, en el siglo VI, data la inmensa Basílica de Santa Sofia, hoy convertida en museo y sin culto religioso; se levanta muy cerca de la majestuosa y elegante Mezquita Azul. Ambos templos, junto con las ruinas del antiguo Hipódromo bizantino, nos llenaron las visitas de la primera mañana.
Aquella misma tarde la dedicamos a la visita del vecino Palacio Topkapi, la residencia de los sultanes del imperio Otomano, un gran complejo de jardines y edificios suntuosos, que alberga una excelente colección de joyas y
porcelanas, La comida tuvo lugar en un bonito restaurante ubicado dentro del mismo Palacio y con vistas al Bósforo.
Un crucero por el Bósforo y de compras por el Gran Bazar
El segundo día de estancia tuvo dos protagonistas: el Bósforo y los
Bazares. Surcar el Estrecho del Bósforo, paso obligado del tráfico marítimo internacional, es un verdadero placer. Estambul
es una autentica encrucijada: entre dos Continentes y también entre dos Mares,
el Mar Negro y el Mar de Mármara. Ambas orillas del Bósforo están repletas de barcos, y en ellas se percibe el bullicio de la vida urbana y se aprecia la fabulosa vista
panorámica de los pueblos ribereños, los palacios y las fascinantes mansiones que se asoman
al Estrecho. Varios puentes lo cruzan y en algunos de ellos, los pescadores ponen una nota de color . De vez en cuando nos cruzamos con grandes buques mercantes de pabellones internacionales, navegando hacia o desde el Mar Negro.
¿Y qué
decir de los Bazares?. El Bazar Egipcio o de las Especias por la mañana, antes del crucero, y el Gran
Bazar por la tarde. No recordaba, de mi primera estancia hace ya más de 40 años, el primero de ellos,
que es muy recoleto, pero sí el segundo, impresionante con sus 22
puertas y miles de tiendas con artículos de todo tipo y en general de bastante calidad. Nos
paseamos a placer por este gran mercado, uno de los más grandes y antiguos del
mundo.
CAPADOCIA
Las "Chimeneas" encantadas de Zevel- Capadocia . Foto Wikimedia Commons
La segunda parte del viaje nos llevó a la región de Capadocia. Todo comenzó en el aeropuerto de Kayseri a donde llegamos en vuelo directo desde Estambul. En apenas dos días recorrimos el Valle de
Goreme y sus “ hadas”; el Dervent y sus rocas convertidas en ciudades
medievales; el Carvusin y sus casas excavadas; para terminar con Urgup y la
Colina de los Deseos, así como el
antiguo pueblo griego de Mustafapasa ó de Sinasos.
Esta
fascinante región es única en el mundo,
en la que junto a su fantástico paisaje lunar con bellas y extrañas formaciones
de lava, procedentes de la erupción del Monte Erciyas y de la acción de la
erosión, encontramos infinidad de pequeñas poblaciones e iglesias excavadas en
la roca. Tuvimos ocasión de contemplarlo desde el aire, por medio de globos
aeróstaticos que ofrecen una perspectiva distinta y emocionante desde las
alturas. Por cierto, una increíble experiencia que nadie debería perderse.
El Valle de Göreme, contiene un increíble complejo monástico bizantino
integrado por múlltiples capillas y pequeñas iglesias excavadas en la roca con bellísimos frescos, los
pueblos trogloditas de Paşabağ en Zelve, la fortaleza natural de Uçhisar y Ortahisar, y las chimeneas de hadas de
Ürgüp con sus conos de piedra coronados
por rocas planas.
Por otro lado hay también
ciudades que fueron construidas en manera subterránea, como
refugios, por los cristianos de la
época, para protegerse con ocasión de las invasiones. Se componen de varios pisos bajo tierra, ventilados por chimeneas, donde
se pueden admirar los espacios destinados a dormitorios comunes, cocinas y comedores.
Nos sirvió de base de nuestra estancia, un hotel
nuevo y muy bien acondicionado, el Parissia, y dos restaurantes singulares. Uno casi subterráneo- el Uranos Sarikaya -
nos dio la oportunidad de degustar una
magnifica carne guisada en puchero típica de la región. El otro era el antiguo
Caravansarai de Sultanhan, del siglo
XIII, donde paraban antiguamente las caravanas de camellos en la ruta de la
seda. Hoy está restaurado y es sede de grandes eventos.
Hacia el Mediterráneo: Hierápolis, Pamukkale y Éfeso
El Castillo de Algodón de Pamukkale. Foto Wikimedia Commons
La tercera parte del
viaje nos llevó en autobús hacia las orillas del Mediterráneo, en el entorno de la ciudad de Ismir / Esmirna,
donde tres preciosos lugares nos dejaron un maravilloso recuerdo. Comenzamos
por la visita a las impresionantes ruinas de la antigua ciudad balnearia romana de Hierápolis, a bordo de unos vehículos articulados que nos permitieron visitar cómodamente los restos de palacios, tumbas, arcos, foros, y sobre todo el magnífico Teatro.
Junto a las ruinas de la ciudad
romana, está Pamukkale o el Castillo de
Algodón; maravilla natural al aire libre, esculpida en las faldas de la montaña, de
enormes y blancas cascadas petrificadas, espectaculares estalactitas y piscinas naturales, formadas a lo
largo de los siglos, por el sedimento de aguas cargadas de sales calcáreas,
procedentes de las fuentes termales que hace dos mil años justificaron la existencia de Hierápolis. Este es un fenómeno único en Europa.
La
principal visita arqueológica fue a las extraordinarias ruinas de Éfeso,
la urbe antigua mejor conservada de Asia Menor. Durante los siglos І y
ІІ llegó a tener una población de 250.000 habitantes y monopolizó la riqueza de Oriente Medio. Visitamos el Templo de Adriano, los baños romanos, la biblioteca, el
odeón y el gran Teatro. Todo ello ubicado en una ladera que desciende suavemente hacia la costa, porque hace siglos, hasta aquí llegaba el mar, hoy lejano, y Éfeso era un próspero puerto.
Y
como colofón, visitamos la Casa de la Virgen María, supuesta última morada de la
madre de Jesús hasta su Asunción al cielo. Este pequeño santuario es lugar de peregrinación para los cristianos, un agradable rincón que transmite
fervor.
La última noche la pasamos en un precioso hotel, el Charisma (5*) de
Kusadasi, donde hicimos nuestra cena de despedida, en un agradable restaurante de cuidada y moderna decoración y excelente cocina.
Fue sin duda, un final feliz para este paseo por Asia Menor. Desde Esmirna volamos
a Estambul y de allí a casa.
Cabe destacar los vuelos con la compañía Turkish
Airlines, que sirvió una comida bastante aceptable en cada uno de los trayectos que realizamos. Por otra parte tuvimos la suerte de contar durante todo el viaje con una guía magnífica, Elisa, joven, guapa y bien
preparada, que había estudiado español en Salamanca, y con Suleiman, el amable
conductor de nuestro moderno autobús en el recorrido por Capadocia hasta Esmirna.
Por último, mencionaremos las tres visitas de Compras especializadas, que fueron de
gran calidad. Una fábrica de Alfombras turcas; una casa de Gemas y joyería donde
bastante gente compró alguna “ sultanita “; y un taller- peletería especializada en confección de prendas
de Piel reversible y suavísima de
cordero, que nos presentaron con un previo desfile de modelos.
Gracias a Rafael
y a Aurelio de AEPT, por la perfecta organización y permanente atención durante este viaje. Todo salió muy
bien y ya quedamos a la espera del nuevo viaje para el año 2019.
Nota: Próximamente publicaremos artículos más detallados sobre este viaje en nuestro blog Turismo y Rutas.
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Este país
a caballo entre dos continentes, donde lo antiguo y lo moderno conviven, posee
unos paisajes repletos de fantasía y dramatismo, al tiempo que alberga la
ciudad más poblada de Europa y una de las más antiguas, Estambul. Sus grandes
playas se asoman al Mediterráneo, mezcladas con impresionantes ruinas de
civilizaciones clásicas. Y por añadidura con una excelente gastronomía y un pueblo amistoso y amable … Nos estamos
refiriendo naturalmente a Turquía.
Del 17 al 24 de Octubre de 2018, un grupo de 24 profesionales miembros de las Asociaciones AEPT, AEDH y LIGA NAVAL, hemos realizado un interesante recorrido por tierras turcas, tan agradable como un plácido paseo. Un viaje que ha tenido tres partes diferenciadas: Estambul, la gran capital histórica, Capadocia con sus mágicos y caprichosos paisajes, y la vertiente turca mediterránea, que mezcla costa y playas con sorprendentes ruinas clásicas.
ESTAMBUL
Dos días en Estambul dieron para mucho. Esta ciudad que no es la capital del país - pues lo es Ankara desde 1923 - es una preciosa urbe, asentada entre dos continentes, que aún conserva joyas de su espléndido pasado. De Constantinopla o la nueva Roma del emperador Constantino el Grande, y de Bizancio, capital del Imperio Romano de Oriente hasta el año 1453. Y luego, hasta 1918, de los siglos como capital del Imperio Otomano.
Cierto que con Suleimán el Magnifico, a Bizancio le llego el máximo esplendor del Imperio, para comenzar un declive en los siglos siguientes hasta la quiebra final de 1918, en que desapareció el Imperio Otomano y Turquía se replegó al espacio euro asiático que hoy ocupa. Fue Mustafá Kemal Atatürk, padre y fundador de la moderna Turquía, quien suprimió el Sultanato y proclamó la Republica Turca, con una base laica, una modernización acelerada y más derechos para la mujer.
Aunque con el actual presidente Recep Tayyip Erdogan, que gobierna con mano de hierro desde 2003, la cuestión religiosa ha vuelto a primer plano y muchas mujeres han tornado a cubrirse. Y sin embargo, curiosamente, hoy es un país con una gran diversidad religiosa, que, más allá del Islam mayoritario, se plasma ten Estambul en la sede del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Turca, del Arzobispado Católico y 16 Sinagogas, además, claro, de las numerosas Mezquitas.
El llamado milagro económico reciente ha devuelto a Estambul el esplendor del pasado y las nuevas infraestructuras modernas, siendo hoy una ciudad de trafico inmenso, tanto de coches como de barcos, y Patrimonio de la Humanidad desde 1985.
Santa Sofía, la Mezquita Azul y el Palacio Topkapi
L |
La Mezquita Azul y Santa Sofía . Foto Wikimedia Commons |
De su época de esplendor bizantino, en el siglo VI, data la inmensa Basílica de Santa Sofia, hoy convertida en museo y sin culto religioso; se levanta muy cerca de la majestuosa y elegante Mezquita Azul. Ambos templos, junto con las ruinas del antiguo Hipódromo bizantino, nos llenaron las visitas de la primera mañana.
Aquella misma tarde la dedicamos a la visita del vecino Palacio Topkapi, la residencia de los sultanes del imperio Otomano, un gran complejo de jardines y edificios suntuosos, que alberga una excelente colección de joyas y
porcelanas, La comida tuvo lugar en un bonito restaurante ubicado dentro del mismo Palacio y con vistas al Bósforo.
Un crucero por el Bósforo y de compras por el Gran Bazar
El segundo día de estancia tuvo dos protagonistas: el Bósforo y los Bazares. Surcar el Estrecho del Bósforo, paso obligado del tráfico marítimo internacional, es un verdadero placer. Estambul es una autentica encrucijada: entre dos Continentes y también entre dos Mares, el Mar Negro y el Mar de Mármara. Ambas orillas del Bósforo están repletas de barcos, y en ellas se percibe el bullicio de la vida urbana y se aprecia la fabulosa vista panorámica de los pueblos ribereños, los palacios y las fascinantes mansiones que se asoman al Estrecho. Varios puentes lo cruzan y en algunos de ellos, los pescadores ponen una nota de color . De vez en cuando nos cruzamos con grandes buques mercantes de pabellones internacionales, navegando hacia o desde el Mar Negro.
¿Y qué decir de los Bazares?. El Bazar Egipcio o de las Especias por la mañana, antes del crucero, y el Gran Bazar por la tarde. No recordaba, de mi primera estancia hace ya más de 40 años, el primero de ellos, que es muy recoleto, pero sí el segundo, impresionante con sus 22 puertas y miles de tiendas con artículos de todo tipo y en general de bastante calidad. Nos paseamos a placer por este gran mercado, uno de los más grandes y antiguos del mundo.
CAPADOCIA
Las "Chimeneas" encantadas de Zevel- Capadocia . Foto Wikimedia Commons |
La segunda parte del viaje nos llevó a la región de Capadocia. Todo comenzó en el aeropuerto de Kayseri a donde llegamos en vuelo directo desde Estambul. En apenas dos días recorrimos el Valle de Goreme y sus “ hadas”; el Dervent y sus rocas convertidas en ciudades medievales; el Carvusin y sus casas excavadas; para terminar con Urgup y la Colina de los Deseos, así como el antiguo pueblo griego de Mustafapasa ó de Sinasos.
Esta fascinante región es única en el mundo, en la que junto a su fantástico paisaje lunar con bellas y extrañas formaciones de lava, procedentes de la erupción del Monte Erciyas y de la acción de la erosión, encontramos infinidad de pequeñas poblaciones e iglesias excavadas en la roca. Tuvimos ocasión de contemplarlo desde el aire, por medio de globos aeróstaticos que ofrecen una perspectiva distinta y emocionante desde las alturas. Por cierto, una increíble experiencia que nadie debería perderse.
El Valle de Göreme, contiene un increíble complejo monástico bizantino integrado por múlltiples capillas y pequeñas iglesias excavadas en la roca con bellísimos frescos, los pueblos trogloditas de Paşabağ en Zelve, la fortaleza natural de Uçhisar y Ortahisar, y las chimeneas de hadas de Ürgüp con sus conos de piedra coronados por rocas planas.
Por otro lado hay también ciudades que fueron construidas en manera subterránea, como refugios, por los cristianos de la época, para protegerse con ocasión de las invasiones. Se componen de varios pisos bajo tierra, ventilados por chimeneas, donde se pueden admirar los espacios destinados a dormitorios comunes, cocinas y comedores.
Nos sirvió de base de nuestra estancia, un hotel nuevo y muy bien acondicionado, el Parissia, y dos restaurantes singulares. Uno casi subterráneo- el Uranos Sarikaya - nos dio la oportunidad de degustar una magnifica carne guisada en puchero típica de la región. El otro era el antiguo Caravansarai de Sultanhan, del siglo XIII, donde paraban antiguamente las caravanas de camellos en la ruta de la seda. Hoy está restaurado y es sede de grandes eventos.
Hacia el Mediterráneo: Hierápolis, Pamukkale y Éfeso
El Castillo de Algodón de Pamukkale. Foto Wikimedia Commons |
La tercera parte del viaje nos llevó en autobús hacia las orillas del Mediterráneo, en el entorno de la ciudad de Ismir / Esmirna, donde tres preciosos lugares nos dejaron un maravilloso recuerdo. Comenzamos por la visita a las impresionantes ruinas de la antigua ciudad balnearia romana de Hierápolis, a bordo de unos vehículos articulados que nos permitieron visitar cómodamente los restos de palacios, tumbas, arcos, foros, y sobre todo el magnífico Teatro.
Junto a las ruinas de la ciudad romana, está Pamukkale o el Castillo de Algodón; maravilla natural al aire libre, esculpida en las faldas de la montaña, de enormes y blancas cascadas petrificadas, espectaculares estalactitas y piscinas naturales, formadas a lo largo de los siglos, por el sedimento de aguas cargadas de sales calcáreas, procedentes de las fuentes termales que hace dos mil años justificaron la existencia de Hierápolis. Este es un fenómeno único en Europa.
La principal visita arqueológica fue a las extraordinarias ruinas de Éfeso, la urbe antigua mejor conservada de Asia Menor. Durante los siglos І y ІІ llegó a tener una población de 250.000 habitantes y monopolizó la riqueza de Oriente Medio. Visitamos el Templo de Adriano, los baños romanos, la biblioteca, el odeón y el gran Teatro. Todo ello ubicado en una ladera que desciende suavemente hacia la costa, porque hace siglos, hasta aquí llegaba el mar, hoy lejano, y Éfeso era un próspero puerto.
Y como colofón, visitamos la Casa de la Virgen María, supuesta última morada de la madre de Jesús hasta su Asunción al cielo. Este pequeño santuario es lugar de peregrinación para los cristianos, un agradable rincón que transmite fervor.
La última noche la pasamos en un precioso hotel, el Charisma (5*) de Kusadasi, donde hicimos nuestra cena de despedida, en un agradable restaurante de cuidada y moderna decoración y excelente cocina. Fue sin duda, un final feliz para este paseo por Asia Menor. Desde Esmirna volamos a Estambul y de allí a casa.
Cabe destacar los vuelos con la compañía Turkish Airlines, que sirvió una comida bastante aceptable en cada uno de los trayectos que realizamos. Por otra parte tuvimos la suerte de contar durante todo el viaje con una guía magnífica, Elisa, joven, guapa y bien preparada, que había estudiado español en Salamanca, y con Suleiman, el amable conductor de nuestro moderno autobús en el recorrido por Capadocia hasta Esmirna.
Por último, mencionaremos las tres visitas de Compras especializadas, que fueron de gran calidad. Una fábrica de Alfombras turcas; una casa de Gemas y joyería donde bastante gente compró alguna “ sultanita “; y un taller- peletería especializada en confección de prendas de Piel reversible y suavísima de cordero, que nos presentaron con un previo desfile de modelos.
Gracias a Rafael y a Aurelio de AEPT, por la perfecta organización y permanente atención durante este viaje. Todo salió muy bien y ya quedamos a la espera del nuevo viaje para el año 2019.
Nota: Próximamente publicaremos artículos más detallados sobre este viaje en nuestro blog Turismo y Rutas.
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